AUNQUE USTED NO LO CREA! Condenan a más de 1,000 años de carcel a cabecilla de pandilla.

La primera vez que Timoteo Mendoza Flores, fue declarado culpable de un delito ocurrió en 1999, por ello un juez lo condenó a ocho años de prisión por intento de homicidio.

Un año después, en el 2000, la FGR le inició un segundo proceso judicial que concluyó con otra condena en su contra: 30 años de prisión por otro homicidio agravado. Por la gravedad de los delitos, El Chory fue recluido en el penal de máxima seguridad.

En marzo del 2012, El Chory y otros 29 pandilleros lograron salir del penal de máxima seguridad, en el momento que la tregua entre pandillas se llevaba a cabo. El Chory fue trasladado al penal de Cojutepeque y pronto convirtió a esa cárcel en un centro de operaciones donde siguió cometiendo delitos.

De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, el cabecilla tenia en su poder varios teléfonos móviles, en donde coordinaba homicidios y tráfico de cocaína en los departamentos de San Miguel, La Unión y Usulután.

Según un audio de una llamada interceptada, el Chory tenían contactos con Ciro Obdulio Zelaya Romero, integrante de la red de narcos que facilitaba el ingreso de cocaína para que la pandilla la vendiera en sus zonas de influencia.

Al mismo tiempo que coordinaba telefónicamente las extorsiones, homicidios y tráfico de droga, El Chory mantenía comunicación telefónica con el sacerdote español Antonio Rodríguez López Tercero, conocido como el “Padre Toño”.

El padre Toño, quien recibió el aval del exministro de seguridad Ricardo Perdomo para ingresar a las cárceles, fue condenado por el ingreso de objetos ilícitos a los recintos penitenciarios.

El cabecilla fue imputado por varias acciones ilícitas ligadas a los delitos de Extorsión, Homicidio Agravado, Robo Agravado, Tráfico Ilícito, Agrupaciones Ilícitas, entre otros…

Varias personas fueron extorsionadas por el sujeto, que mediante amenazas por teléfono celular, lograba su cometido.