Fiscalía pide pena máxima para 5 agentes GRP que se enfrentaron a pandilleros en Finca San Blas.

El fallo será dado a conocer el 22 de septiembre del 2017.

Las anomalías detectadas por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) y el periodico Digital El Faro respecto a la advertencia de dos ejecuciones extrajudiciales y el posible cometimiento de otras seis por parte de agentes del Grupo de Reacción Policial (GRP), el 26 de marzo de 2015, en la finca San Blas, en el cantón El Matazano II, en San José Villanueva, La Libertad, ya tienen eco en todos los medios de El Salvador.

Un informe de la PDDH estableció, el 25 de abril del año pasado, que en el accionar descrito por la corporación como “enfrentamiento”, murieron de forma arbitraria Dennis Alexander Hernández Martínez, de 20 años, y Sonia Esmeralda Guerrero, de 16 años, y otros seis pandilleros vinculados a la Mara Salvatrucha.

Los agentes enfrentan juicio, luego de un proceso que por órdenes del Juzgado de Paz de San José Villanueva mantuvo reserva total, hasta que esta fue levantada por el Tribunal de Sentencia de Santa Tecla, que conoce el proceso.

La Fiscalia General de la República dio a conocer este día que ha pedido la pena máxima para los agentes involucrados.

Tomado de www.eldiariodeHoy.com

Lo que maneja la Fiscalía en cooperación con PPDH y la investigación de un Diario Digital.

La escena, según la PDDH, fue contaminada porque antes que acudiera la Policía Técnico Científica para las inspecciones, en la misma estaban jefes y oficiales policiales tomando fotografías con sus teléfonos celulares.

“Lo cual resulta sumamente grave, pues existe una alta posibilidad que los indicios o evidencias hayan sido alteradas, dañadas o destruidas con el fin de confundir la investigación”, señaló la institución en el informe.

La versión policial sobre el hecho señaló que las muertes se dieron en el marco de un enfrentamiento, de unos 45 minutos, entre pandilleros de la MS y los agentes.

Aunque las muertes se habrían registrado en las primeras horas del 26 de marzo, el levantamiento de los cadáveres fue 12 horas después.

Además, detectó, basado en las autopsias, que al menos cuatro cadáveres, incluido el de Hernández Martínez, fueron movidos de su posición original antes del reconocimiento forense, ya que existen incoherencias entre el reporte del reconocimiento de los delegados de Medicina Leal con la posición en la que fueron hallados los cadáveres y las livideces cadavéricas (manchas de color similar al violeta) encontradas en la autopsia.

La PDDH también observó que hubo manipulación en las armas que estaban cerca de los cadáveres, con la que la Policía dijo que el grupo los había atacado.

De acuerdo con el álbum fotográfico de la inspección técnica ocular policial, existió un cambio de las posiciones en las armas encontradas junto a los muertos.

Incluso, el informe establece que los agentes encargados de la diligencia señalaron a la Unidad de Control de la Policía que las armas fueron manipuladas con el fin de verificar la cantidad de cartuchos que tenían, en la recámara y en el cargador.

“Es llamativo que varias de lar armas decomisadas, de acuerdo con el álbum fotográfico, tenían un considerable número de municiones en sus cargadores, lo que no es congruente con la versión de un enfrentamiento de 45 minutos”, advirtió también la PDDH en el informe.

El caso de Dennis

Las investigaciones han determinado que de los ocho muertos, Hernández no estaba vinculado a pandillas, como lo ha asegurado su familia. Era el escribiente de la finca San Blas y no podía manipular armas de fuego como la que le mostraron los policías que cuidaban la escena a su madre, horas después de la masacre.

Lo anterior es considerado por la PDDH una irregularidad, porque en el álbum de la Policía Técnico Científica se observa que el joven tiene cerca de su cuerpo dos corvos y un cuchillo.

Un testigo en el caso, denominado clave Zenit, declaró a la Fiscalía que una noche antes del hecho, Hernández le llamó a eso de las 8:30 p.m. para que le llevara una bebida.

El joven dormía en un cuarto frente a la bodega de la finca, cerca del lugar donde vivía su familia. A la casa del testigo llegó la Policía la madrugada del 26 de marzo, después que este escuchara una balacera por aproximadamente una hora. Mientras eso sucedía, Zenit se comunicó con el joven por teléfono, quien le dijo que estaba encerrado en su cuarto.

Una vez la familia de Hernández fue sacada de su casa, de acuerdo con Zenit, la Policía dijo que solo faltaba una puerta por abrir, que era la del cuarto del joven.

“Déjenme, les voy a explicar”, pidió Hernández a los agentes del GRP, según el testigo, pero minutos después escuchó entre dos a cuatro disparos. De acuerdo con los testimonios, al momento de los disparos en la finca San Blas, el joven hablaba con su tío, Jesús Hernández Martínez, mandador de la finca.

Horas después de la masacre, Hernández acusó a la Policía de ser responsable de la muerte de su sobrino. Fue asesinado 22 días después.

Tomado de www.eldiariodeHoy.com

Image result for finca san blas agentes grp
Pandillero fallecido en Finca SanBlas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies